La falta de inversión en el sistema de transporte de Bogotá, ha hecho de cada día un viaje en que vulgarmente dicho vamos como "sardinas enlatadas" en un medio que, para el bien de todos, se ha convertido en la tortura diaria por la que que los bogotanos usuarios de transmilenio debemos pasar. A medida que el tiempo avanza es mas difícil hacer uso de éste, tanto que llegamos a preguntarnos ¿a caso el transmilenio en Bogotá terminará siendo como el metro en Japón?